Eduardo Verano de la Rosa
Es fundamental avanzar en el Plan Vial Regional que se gesta con el sector privado. Tenemos ocho puertos en la región Caribe: Cartagena, Santa Marta, Barranquilla, Golfo de Morrosquillo, La Guajira, Turbo y San Andrés que, según la Superintendencia de Transporte, manejaron en el primer semestre del año el 88,42 % de movimiento de carga del país, por lo tanto es necesario fortalecerlos y construir la infraestructura vial que los conecte para ganar mayor competitividad.
Necesitamos promover la nueva modalidad de industrias 4.0 y 5.0 que se basan en nuevas tecnologías para un manejo eficiente de los sistemas intermodales.
Si los principales centros estratégicos de desarrollo económico son los puertos, debemos garantizar su operación con mayor eficacia.
No solo optimizar los calados de acceso, también las tecnologías necesarias para la manipulación de la mercancía. En Barranquilla, pese a que hemos avanzado, aún tenemos problemas en algunos sectores del canal de acceso del río Magdalena. Cartagena, a su vez, necesita que el proyecto del Canal del Dique se materialice para conectarse con su principal carga fluvial: Reficar.
Cartagena debe garantizar, con 18 metros de profundidad y 160 metros de ancho, un puerto competitivo. A su vez, son importantes las vías de acceso hacia todas las terminales de Atlántico, Bolívar y Magdalena. De igual forma, se debe asegurar el flujo vehicular hacia la Sociedad Portuaria de Barranquilla a través de la avenida Hamburgo y la carrera 38.
También la malla vial en el departamento del Magdalena, especialmente en el acceso a las zonas portuarias de Ciénaga y Santa Marta que movilizaron 23 millones de toneladas. En Santa Marta se necesita ampliar el ingreso hacia la rotonda de Mamatoco para facilitar la comunicación con la línea férrea y la Sociedad Portuaria de Santa Marta, y en esa misma línea están las necesidades de conectividad vial de la Sociedad Portuaria de Palermo.
Cartagena enfrenta desafíos para mayor funcionalidad en la zona industrial y su puerto en Manga. Es necesario que se promuevan las asociaciones público-privadas con el fin de construir el corredor portuario y así conectar, en una doble calzada, a Manga con Mamonal.
Es prioritario que se identifiquen las fuentes de energía eléctrica y de autogeneración de energía con gas en las mismas zonas portuarias, asunto clave para los procesos de descarbonización.
Las cadenas de suministros son cada vez más expeditas como la de gas natural vehicular con la planta regasificadora SPEC / LNG con acceso a las empresas generadoras con garantías de suministro en estos momentos de dificultad.
El Plan Vial de la Región Caribe es fundamental. Las vías más útiles para generar desarrollo económico y social son las transversales, que unen horizontalmente los departamentos del Cesar y Sucre sin llegar a Barranquilla. Esa subida hasta la capital del Atlántico hace perder tres horas. Además, se necesitan puentes sobre el río Magdalena para que esa comunicación horizontal y transversal sea expedita, sin la interrupción del río que hay que cruzar con ferris y lanchas arcaicas.
En conclusión, la región Caribe no llegará al siglo XXI de la interconexión vial hasta que no resuelva los problemas que representa la falta de grandes vías transversales, regionales, que pasen sobre el río Magdalena sin interrupciones, ¡qué paradoja!
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