- Regreso a clases presenciales debe ser alternado, progresivo, seguro y concertado entre administraciones locales, familias, rectores y profesores, bajo lineamientos fijados por el Gobierno Nacional.
- Limitaciones en conectividad amplían la inequidad en el acceso a la educación de calidad en perjuicio de la población con menores ingresos.
- Cierre de colegios incide en ampliación de brecha de género en el mercado laboral en perjuicio de las mujeres, y afecta formación de talento humano, productividad y competitividad a largo plazo.
La Cámara de Comercio de Barranquilla y ANDI Atlántico se pronuncian en respaldo a la apertura de colegios en la Ciudad de forma alternada, progresiva, segura y concertada bajo los lineamientos generales fijados por el Gobierno Nacional.
El pronunciamiento se hace luego de la presentación por parte de la Alcaldía Distrital y la Gobernación del Atlántico, de los planes de alternancia territoriales ante el Ministerio de Educación Nacional, para la construcción de los cronogramas y la ruta hacia el regreso a clases presenciales en colegios públicos y privados, y bajo las siguientes consideraciones:
- La UNESCO, el Banco Mundial y el Banco Interamericano de Desarrollo, han planteado la necesidad de reestablecer la prestación del servicio educativo en condiciones de equidad y calidad para niños y jóvenes. En América Latina, al menos un 97% de los estudiantes no han regresado a las aulas, perdiendo 174 días de escolarización, cuatro veces más que la media en el resto del mundo. Ello ha desencadenado pérdidas de aprendizaje cercanas a 75%, deserción escolar, desnutrición, aumento de embarazos adolescentes, trabajo infantil, violencia intrafamiliar, ansiedad, y mal uso del tiempo libre, entre otros efectos sociales.
- Proyecciones del Banco Mundial advierten que los cierres de colegios relacionados con la COVID-19 están obligando a los países a alejarse aún más del logro de sus objetivos de aprendizaje. Los estudiantes que hoy no asisten a la escuela pueden perder 10 billones de dólares en ingresos laborales a lo largo de su vida de trabajo. Esa suma es una décima parte del PIB mundial, y equivale a la mitad de la producción económica anual de Estados Unidos, o al doble del gasto público mundial por año en educación primaria y secundaria.
- El capital humano es clave para el crecimiento, desarrollo y competitividad de los territorios porque los ingresos per cápita están correlacionados con los logros educativos. Bajos niveles formativos provocan en las personas baja productividad laboral por falta de habilidades y competencias para agregar valor a las empresas o ser emprendedores exitosos.
- Cuando las economías no acumulan el capital humano suficiente o éste es de baja calidad o pertinencia, pueden enfrentar cuellos de botella que dificultan sus procesos de transformación y sofisticación productiva. Barranquilla y Colombia necesitan ofrecerles a su niñez y juventud educación de alta calidad para insertarse con mayor protagonismo en la economía mundial cada vez más digital, automatizada y tecnológica. La desescolarización limita esas posibilidades.
- Según la última encuesta de calidad de vida del DANE, el 56,5% de los hogares del Atlántico no tienen computador de escritorio, portátil, ni tabletas; además el 73% de ellos argumentan costos económicos como barrera para su acceso. Esa brecha digital hay que eliminarla y este es el momento para hacerlo con una estrategia público-privada.
- El cierre de los colegios generó una situación de difícil manejo para las mujeres y especialmente para las madres cabeza de hogar. Según los más recientes datos COVID del DANE en Barranquilla, la caída en la tasa de ocupación en mujeres es del 14,1%, mayor que la de los hombres, que llega al 9,7%. Ello muestra que el efecto pandemia ha ampliado la brecha de género en el mercado laboral.
- Hasta que no haya apertura de colegios y de jardines infantiles, no será posible que la reactivación económica de las mujeres sea similar a la de los hombres, y por ello se debe poner en marcha un programa social de servicios de cuidados no convencionales, que estén alineado con las jornadas de estudio y de trabajo extendido en los hogares.
- Las consecuencias de permanecer lejos de las aulas están suficientemente estudiadas por autoridades internacionales, pero los contextos locales son muy diferentes entre sí. Por ello, el retorno a clases presenciales debe hacerse con base en información de cada territorio tales como la curva de contagios, la infraestructura y accesibilidad de servicios púbicos de las escuelas y colegios, y la garantía de condiciones de bioseguridad y de salud para la comunidad educativa.
- Se requiere definir y poner en marcha una estrategia clara para el retorno seguro y escalonado a las escuelas, reconociendo la alternancia como la mejor vía para la prestación del servicio y protegiendo la salud e integridad de los estudiantes y la comunidad educativa en general. Los Ministerios de Educación y Salud, establecen lineamientos y protocolos para el sector, pero será cada institución educativa en conjunto con la autoridad local, la que podrá establecer las condiciones para cumplirlos.
- Análisis hechos en distintos países muestran que la población escolar tiene un menor riesgo de sufrir graves complicaciones en caso de contagio, tal como lo evidencian los datos de hospitalizaciones y muertes, en comparación con otras enfermedades como la influenza. En cualquier caso, la aplicación rigurosa de los protocolos de bioseguridad ha demostrado su efectividad.
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