El 16 de junio de 1976, es una fecha que debe quedar en la memoria de los amantes y estudiosos del Vallenato. Ese día, se protocolizó una de las uniones más productivas y trascendentales dentro de la música Vallenata.
Rafael Orozco venía de grabar exitosamente con Emilio Oviedo e Israel Romero había debutado con triunfo, al lado de Daniel Celedón. Sus grabaciones guardaban el formato ya establecido por Jorge Oñate, los Hermanos López, “Colacho” Mendoza y los Hermanos Zuleta, quienes eran los principales difusores del “Vallenato puro” por esa época. Orozco había impuesto los temas: “Cariñito de mi vida”, “Presentimiento” y “Adelante”. Israel, había pegado: “Amanecemos Parrandeando” y “Digan lo que digan”.
Rafael Orozco estudiaba en Barranquilla al igual que Israel, pero fue un grupo de amigos, incluyendo a Fernando Meneses y a Lenín Bueno Suárez, quienes hicieron los primeros acercamientos. En casa de Lenín, el día de su cumpleaños, se escogió el nombre del grupo y arrancaron formalmente como conjunto vallenato. El primer trabajo fue elocuente “La Creciente”, “Bonito amor”, Momentos de amor”, se convirtieron en himnos. La suerte estaba echada para el vallenato: Apareció una voz diferente, suave, y que será capaz de darle una fuerza inusitada hasta ese momento al vallenato lírico. Surgió una nueva tendencia para tocar el acordeón, al mezclarse los estilos de Luis Enrique Martínez y Alfredo Gutiérrez, para igual matizar cuando fue el caso con el vallenato sentimental o con “El Criollo” a la hora de tocar paseos y merengues vallenatos
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