En entrevista sostenida por la W, Rafael Rocha sostuvo que conoció por dentro todo el entramado de compra de votos para la campaña de Aída Merlano, quien salió elegida como senadora con 73.252 votos por el Partido Conservador.
Cuenta Rocha que su trabajo real era el de comerciante, pero que llegó a la campaña por un amigo suyo abogado, quien había trabajado con Julio Gerlein y Aída Merlano. Asegura que su amigo lo invitó a una reunión en la llamada ‘Casa Blanca’; es decir, la sede principal de esta campaña. Allá se le encargaría la compra de votos en siete municipios del departamento del Atlántico.
Detalladamente Rocha dice que participó y narró cómo paso a paso como se realizó este acto de corrupción electoral. Según el testigo, los votos se compraban por un valor de $90.000; cada coordinador realizaba reuniones en los municipios que tenían como encargo para convencer a las personas de vender su voto, después se les daba un adelanto de $20.000, pasado el día de elección se le pedía al votante su certificado electoral y ahí se le cancelaba el resto del dinero. Además, cuenta Rocha que en la campaña se la jugaron con un margen de error que sobrepasaba la compra de más de 200.000, porque muchos al final no votaban por Merlano.
El testigo aseguró haber estado un día en la denominada ‘Casa Blanca’, justo cuando se presentó una reunión entre Julio Gerlein, Arturo Char y Aída Merlano. Según Rocha, el entramado de corrupción se descubrió por una pelea entre los hermanos Julio y Roberto Gerlein, puesto que este último sería el que habría delatado a su hermano Julio por no apoyarlo en una nueva candidatura al Senado. “Julio y Roberto Gerlein habían roto vínculos familiares por temas políticos. Yo sé que en la lista tengo 1950 votos comprados, no sé si le sirva a la Fiscalía”, dijo Rocha
Rafael Rocha dijo en La W, que decidió delatar a esta red de compra de votos después de haber sido amenazado por Edwin Martínez, gerente de la campaña. Sobre Martínez, el testigo también dijo que era la persona que “manipulaba” a la Registraduría: “A mí el gerente me pidió que buscara gente para ponerlas de jurados de votación. El tema no es solo la compra de votos, porque en la misma registraduría se roban los votos”, dijo Rocha.
Sobre su colaboración con la justicia, Rocha quien afirma haber tenido que viajar a Estados Unidos por seguridad, dijo en La W que tuvo acercamientos con un fiscal de Barranquilla llamado Andrés Rincón: “Él se emocionó y dijo que iba a hablar con el fiscal general, pero después dijo que no lo habían dejado seguir”. Rocha, incluso, contó que ningún abogado quiso llevar su testimonio a la Fiscalía y que su relato lo envió por correo al ente investigador pero que no ha recibido respuesta: “La verdadera plata que se roban los senadores no son sus sueldos sino los contratos. Va uno a pueblos y no hay hospitales, no hay médicos”, remató Rocha.
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