A las vacas se les señala de contaminar. Sus eructos, sus orines y sus heces son un cóctel dañino para el planeta al emitir gases de efecto invernadero a la atmósfera. Esto sucede porque el ganado, ante su condición de rumiantes, contienen en sus tripas bacterias productoras de metano que les permite digerir lo que comen. Ese proceso digestivo las lleva a expulsar entre 100 y 200 litros de esta sustancia al día. Una cantidad exorbitante teniendo en cuenta que esta cantidad equivale apróximadamente al 25 % de las emisiones de metano generadas por la actividad humana. Esa situación ha inspirado al mundo científico no solo a estudiar en profundidad el rol de este individuo sino, como está sucediendo en Holanda, a enseñarle a las vacas a usar orinales.Esta iniciativa, recién inventado para tratar de reducir las emisiones de gas con efecto invernadero, se trata de el CowToilet (baños para vacas), con el que "atacamos el problema directamente en la fuente", declaró a la AFP Henk Hanskamp, autoempresario y creador del orinal.
Para limitar el impacto del sector agrícola en el medio ambiente, el gobierno holandés, que lucha contra el calentamiento climático, impuso medidas estrictas para los agricultores como restricciones en el tamaño de los rebaños, limitación de los periodos de fumigación del estiércol y normas sanitarias en los establos. "Una vaca nunca será totalmente limpia, pero podemos enseñarle a ir al baño", añadió Hanskamp.Al captar la orina, el CowToilet reduce las emisiones de amoniaco, compuesto químico creado cuando el líquido entra en contacto con el estiércol. Y a partir de ese amoniaco se crea el protóxido de nitrógeno, un gas con efecto invernadero. El funcionamiento del CowToilet es simple: el orinal está situado en un recipiente colocado en la parte posterior del bovino. Cuando se le ofrece a las vacas el alimento granulado y termina de comer, un robot estimula un nervio situado bajo la ubre, lo que le da deseos de orinar. Porque las vacas producen entre 15 y 20 litros de orina por día. Hanskamp, cuya empresa desarrolla innovaciones para el sector agrícola, prevé cuando perfeccione el invento, "reducir al menos en la mitad las emisiones de amoniaco liberadas".Por ahora, los científicos y los universitarios saludan la llegada al mercado del orinal, prevista para 2020, y que ganó a mediados de marzo un premio local al mejor invento. "Los establos se vuelven más limpios y el piso más seco. Y menos humedad en los suelos significa mejor salud", observa Jan Velema, veterinario que asistió a las pruebas, citado por el diario De Volkskrant.En la granja agrícola situada cerca de Doetinchem (este), donde se está probando el orinal, 7 de las 58 vacas utilizan ahora espontáneamente el orinal, sin estímulo. "Las vacas ya se habituaron", se congratula Hanskamp, añadiendo que éstas ya "reconocen el recipiente, levantan la cola y orinan", añadió.
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