Barranquilla y el Atlántico se han convertido en el rostro de un fracaso rotundo en materia de seguridad. Hoy, bajo la administración de Eduardo Verano,ocupamos el vergonzoso primer lugar en homicidios a nivel nacional. Cerca de 1.000 personas asesinadas en 2024 son la prueba irrefutable de una gestión incompetente que nos ha dejado desprotegidos y a merced de la violencia.
¿Quién responde por esta tragedia? La respuesta es clara: el Gobernador Verano y su equipo de gobierno. Con promesas vacías y decisiones absurdas, eligió pignorar la tasa de seguridad y entregar esos recursos al Distrito como si con eso se resolviera una crisis estructural. Los resultados no solo son un desastre, son un insulto a la ciudadanía: los homicidios aumentaron un 23% en comparación con 2023, y el Atlántico quedó sin un plan efectivo para combatir el crimen.
Mientras las calles de nuestros barrios se llenan de sangre, ¿qué hace el Gobernador?
Repartir culpas y mirar hacia otro lado. Desde la Asamblea Departamental advertí una y otra vez sobre el riesgo de esta estrategia fallida. Exigí un plan de seguridad integral, una estrategia que no abandonara al departamento y ofreciera soluciones reales. Pero el Gobernador decidió ignorar las alertas. Optó por la inacción y ahora nos enfrentamos a las consecuencias de su negligencia.
Gobernar no es esconderse detrás de excusas. Gobernar es actuar con firmeza, asumir responsabilidades y, sobre todo, proteger a la gente que confió en ti. Verano ha demostrado ser incapaz de liderar y, peor aún, indiferente ante el sufrimiento de quienes ven cómo susfamilias y comunidades se desmoronan ante la inseguridad.
Hoy, el Atlántico está sumido en el miedo, y los ciudadanos se sienten abandonados.
¿Dónde está el plan? ¿Dónde están las soluciones que nos prometieron? La incapacidad de este gobierno para reaccionar y enfrentar la realidad es tan alarmante como inadmisible.
Cada día sin acción es un día más en el que la violencia se fortalece y las esperanzas de los atlantticenses se debilitan.
No queremos más discursos llenos de excusas. Queremos resultados, y los queremos ya. Si el Gobernador Verano no está dispuesto a asumir la responsabilidad que el cargo exige,entonces debe dejar el camino libre para quienes sí están dispuestos a actuar.
El Atlántico merece mucho más que un gobierno mediocre e incompetente. Merece líderes que no teman tomar decisiones difíciles, que prioricen la seguridad por encima de cualquier cálculo político. Porque esta tierra no merece ser recordada como un epicentro de laviolencia, sino como un lugar vibrante, lleno de vida y esperanza.
Basta de excusas. Basta de negligencia. El Atlántico exige y merece acción, liderazgo y resultados. El tiempo de las promesas vacías se acabó.
No hay comentarios:
Publicar un comentario