Esto arrancó como un taller donde éramos 6 personas trabajando en el año 1984. Empezamos haciendo calentadores solares y nos quebramos haciendo calentadores solares. Usamos mucho vidrio y aluminio para hacerlo. Ahí, decidimos probar suerte con ventanas y llevamos 40 años probando suerte con las ventanas.
Nada bueno nos ha pasado, sino cuando algo malo nos ha pasado anteriormente. Siempre digo que esas son las oportunidades. Cada crisis trae una oportunidad; suena como un cliché o frase de cajón, pero no lo es.
En el año 1995, tuvimos una crisis grande porque en Colombia no había construcción y no teníamos a quién venderles. Estábamos endeudados y sin clientes. Tuvimos que salir a buscar mercado por fuera. Nos encontramos un mundo afuera al que le podíamos vender. Siempre le digo a la gente que no pierda las esperanzas.
Perseverancia, buen manejo, buena economía. La gente le va bien y al siguiente día quiere gastarse la plata, y la plata hay que reinvertirla en el negocio.
Yo duré 18 años viviendo alquilado en un apartamento, pude haber comprado 4, pero necesitaba la plata para trabajar.
Sentirse en la cima del mundo antes de tiempo es el error básico que comete la gente. Apenas les va bien, se van de vacaciones, cambian el carro, la casa, los muebles, y hay cosas que uno tiene que restringirse al principio.
Hemos creado empleo. Tenemos más de 10.700 empleados a nivel global. Queremos que Barranquilla sea la capital mundial de la ventana. No queremos salir en la lista de los más ricos, queremos salir en la lista de los más sabrosos”.
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