sábado, 16 de diciembre de 2023

Conectividad, sostenibilidad y reactivación económica, los 'rieles' por los que rodará el tren Bocas de Ceniza


  • Barranquilla, en su continuo crecimiento, conectará el tajamar occidental con el barrio Las Flores, actividad para reactivar turísticamente el sector y reanimar el vital ecosistema atlanticense en Bocas de Ceniza.
  • Tendrá dos vagones con capacidad de 70 pasajeros, espacios para personas con movilidad reducida y mujeres embarazadas.
  • La introducción del tren eléctrico significa la restauración del recorrido turístico original del tren, un trayecto que evoca recuerdos, tanto para los residentes locales como para los visitantes.


En su firme compromiso por consolidarse como la biodiverciudad por excelencia, Barranquilla se ratifica y da un paso adelante con la llegada del vagón Mar, el primero de dos trenes que realizarán el histórico trayecto turístico que conectará Las Flores con el Tajamar Occidental. Su imponente arribo, la tarde de este viernes, sorprendió a los habitantes del sector, que recordaron  los paseos que antes realizaban y ahora ven con esperanza el regreso de esta atracción local.

 
El alcalde de Barranquilla, Jaime Pumarejo, durante el recibimiento de la primera estructura a Las Flores destacó el papel de la ciudad al convertirse en referente para la movilidad eléctrica en el país.
 
“Llegó el primero de dos trenes que van a pasear desde el barrio Las Flores hasta la playa de Puerto Mocho y Bocas de Ceniza. Ese gran espectáculo turístico estará prontamente rodando, y tendremos un malecón de casi 3 kilómetros que nos llevará abrazando el río Magdalena, la ciénaga de Mallorquín, los mangles hasta Puerto Mocho, la playa de Barranquilla. Será un espectáculo que traerá empleo, progreso,  calidad de vida y desarrollo económico para este barrio y toda la ciudad. Es un espectáculo que hoy se vuelve una realidad. ¡Barranquilla tiene tren y tiene playa, es un sueño cumplido!”, expresó el alcalde Pumarejo.
 
Los trenes, bautizados en redes sociales como Mar y Río, no solo llevarán a los pasajeros a través de una experiencia única a lo largo de 2.6 kilómetros, sino que también simbolizan el compromiso de Barranquilla con la innovación y el desarrollo sostenible. Los trenes eléctricos, construidos con una resistente estructura de acero galvanizado soldado, marcan un avance significativo en la oferta de transporte turístico público.

Vale recordar que las dos estaciones del tren estarán ubicadas en la playa de Puerto Mocho y en Las Flores.
 
“Estamos contentos por recibir el tren Mar, el primero de los dos trenes Bocas de Ceniza, que reactivarán este punto, que es la esquina mágica de Colombia donde confluyen el río, el mar y nuestra gran ciénaga de Mallorquín. Cada tren tiene capacidad al menos para 70 pasajeros, espacios para personas con movilidad reducida y mujeres embarazadas. Es un tren totalmente eléctrico, lo que ratifica nuestro compromiso con el posicionamiento de Barranquilla como biodiverciudad”, aseguró la secretaria General del Distrito, María Mónica Hernández Ucrós.
 
De igual manera, la funcionaria detalló que ahora sigue la puesta del tren sobre las carrileras, sobre la vía férrea para desarrollar las diferentes pruebas de tracción, aceleración, frenado. “Tendremos un tramo inicial de 500 metros sobre el cual haremos las pruebas y posteriormente dar apertura a este sistema de transporte que consideramos va a potencializar este sector de Las Flores, Barranquilla y el Caribe colombiano con el transporte férreo”.
 
La operación y mantenimiento del tren eléctrico contribuye a la experiencia real de desarrollo sostenible en la ciudad, ya que al utilizar energía eléctrica y contar con baterías eficientes se reduce la huella ambiental, contribuyendo a la lucha contra el cambio climático y mejorando la calidad del aire en la ciudad. 
 
“Se despertará en los usuarios el interés por los vehículos de transporte eléctricos para uso personal y, posiblemente, en otras zonas del país podrán querer replicarlo, tanto así Barranquilla será la ventana para que, en otras ciudades del país, se hable con más intensidad de movilidad eléctrica en los sistemas de transporte masivo”, agrega el ingeniero ambiental, Sebastián Mosquera.

En su conjunto, el proyecto incluirá 2.600 metros de vía férrea y 2.200 metros de ciclorruta, abarcando más de 6.000 metros cuadrados de área pública. El desarrollo cuenta con dos estaciones de embarque: Las Flores y Puerto Mocho, ambas en fase de acabados. Adicionalmente en el proyecto, los visitantes encontrarán también punto de información, tiqueteras, cocinas y puestos de comercio.
 
Con el tren eléctrico, Barranquilla no solo avanza hacia una mayor conectividad y reactivación económica, sino que también se erige como un modelo a seguir en la adopción de soluciones sostenibles para el transporte masivo, sin omitir el componente ambiental de contemplación con la naturaleza. El viaje en Mar y Río no solo será un recorrido, sino una ventana abierta a un futuro más sostenible y respetuoso con el entorno.
 
Así, para Carlos Angulo, líder de Las Flores, la llegada de este tren y la reactivación de los paseos por el tajamar significa un orgullo porque le devolverá al sector la oportunidad de crecer. “Esto representa turismo y emprendimiento para nuestra comunidad, vamos a hacer negocios, vamos a participar y crecer. Gracias al alcalde por poner los ojos en nuestra comunidad, gracias porque esto ha sido importante, porque nos trajo desarrollo. Ahora vamos a tener oportunidades de trabajo, de hacer turismo con las playas, en los restaurantes, lo que jalonará mucho crecimiento”, expresó.

Retomando la historia del tren
 
La idea principal de los empresarios barranquilleros fue abrir la zona conocida como Bocas de Ceniza para que los barcos ingresaran a la ciudad, un aplazado por la propuesta de un sistema complejo que uniría a Barranquilla, Sabanilla, Salgar y Puerto Colombia mediante el Ferrocarril Bolívar entre 1871 y 1936, habilitando así la entrada del mar y el río hacia Barranquilla.
 
Más adelante, la idea del tren en Bocas de Ceniza toma fuerza. Primero, se buscaba “suprimir la barra de arena que se encontraba en la desembocadura del río hacia el mar para que los barcos pudieran entrar hasta Barranquilla y llegaran al Terminal Marítimo y Portuario. Con el inicio de la construcción de los tajamares, el agua logra gran velocidad y así se evitan la acumulación de sedimentos”, recuerda el historiador Ramón Montes.
 
Los trabajos se iniciaron en 1925 y concluyeron en 1936 con la apertura oficial de las Bocas de Ceniza, marcando la culminación de la construcción del puerto marítimo y fluvial en la ribera del río, en el campamento de Las Flores. “En esta área se iniciaron los proyectos del Dique Boyacá y el Tajamar Occidental y se estableció una línea férrea que facilitaba el transporte de maquinaria y rocas, fundamentales para la rectificación de la desembocadura. Así, paso a paso, se forjó la transformación de la región”, sostiene Montes.
 
La terminación del trabajo en los tajamares buscaba un nuevo uso para la línea férrea por donde pasaban los vagones cargados de roca. Es así como desde la década de los años 50 y de manera ininterrumpida empezó a utilizarse para paseos turísticos de las familias barranquilleras hasta 1971, año en que fue suspendido y reinaugurado el 6 de enero de 1976 para que volviera a su recorrido. De allí que el nuevo uso del tren tuviese recorridos los días domingo y feriados entre las 9:00 y 11:00 de la mañana, con una tarifa de 20 pesos por persona en aquella época.
 

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