Para el director de la cárcel distrital El Bosque, José Gordillo, el motín de reclusos que ya deja 19 heridos y que ha originado el traslado de 20 de internos es la consecuencia de encerrar delincuentes que deberían estar en penales de máxima vigilancia, en uno de mínima seguridad como el que dirige desde 2016.
En su opinión, lo que se vive adentro es una disputa entre miembros de estructuras criminales de alta peligrosidad por asumir el control de las instalaciones.
«Hay unos grupos pertenecientes a estructuras criminales que quieren apoderarse de la cárcel», asegura.
El funcionario concedió en la mañana de este miércoles una entrevista dentro de su oficina en el establecimiento carcelario para confirmar que las autoridades ya han retomado el control y que no existe riesgo de entrar.
«Es algo que hemos denunciado varias veces, que nos están enviando personal para el cual no está hecho la cárcel. Pero lo único que podemos hacer es respetar las órdenes judiciales y recibirlos», dijo.
Para Gordillo, la presencia de armas y droga en el penal obedece a que son lanzadas desde los árboles del exterior por encima de las paredillas ubicadas entre las garitas 2 y 4, lo cual se ha vuelto difícil de controlar.
Sin embargo, precisó que más de cien guardias han sido retirados en los últimos años por las irregularidades. Hay que recordar que la cárcel no está bajo la supervisión del Inpec sino que es controlada directamente por la Alcaldía con vigilancia privada.
Sobre la decisión de la Personería Distrital de abrirle una investigación por el ingreso de armss y sustancias ilícitas, así como por la comodidad con la que supuestamente viven algunos internos, desvirtuó que exista complicidad desde la dirección.
«Acá no hay preferencias. Cuando llegamos a la dirección había 37 aires acondicionados y todos los desmontamos», aseguró Gordillo
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