Así lo determinó el informe mundial de libertad de prensa de la organización internacional Reporteros sin Fronteras.
En la medición de 2020, Colombia ocupó el puesto 130 entre 180 que fueron medidos. En 2019 había ocupado la ubicación 129.
Agrega el informe que «Colombia sigue siendo uno de los países más peligrosos del hemisferio occidental para los periodistas”.
El país es junto a Cuba, Venezuela y México, uno de los lugares más peligrosos para el ejercicio del periodismo en América.
La gran dificultad para el cubrimiento de temas ambientales, de conflicto armado, corrupción y crimen parte de la violencia de los grupos delincuenciales.
Además, señala que hay amenazas continuas a comunicadores por parte de bandas criminales, narcotraficantes y ex paramilitares.
El ELN y las disidencias de las Farc tratan de silenciar los medios comunitarios en las áreas rurales donde tienen influencia.
El propósito de estos grupos violentos es crear una especie de hoyo negro informativo en esas regiones.
Otra de las razones para la dificultad del ejercicio de la prensa, dice Reporteros sin Fronteras, son los vínculos entre los medios y los emporios económicos o la clase política.
Lo anterior mina la independencia y promueve la autocensura.
El informe también señala un punto que se ha vuelto crítico en los últimos dos años: el espionaje y seguimiento a los comunicadores por parte de los organismos de inteligencia del Estado.
«Desde la instalación del político conservador Iván Duque como presidente en agosto de 2018, los periodistas y los medios de comunicación han sido objeto de campañas de acoso e intimidación y espionaje después de informar que miembros de su gobierno habían estado involucrados en fraude, corrupción y violaciones de los derechos humanos», dice el informe.
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