El experto dice que la adicción a las redes sociales será un aspecto implicado en la supuesta caída del Internet.
Geert Lovink es un estudioso holandés que sostiene que la red ya no es un espacio equitativo.
xtinction Internet' es un ensayo del profesor de la Universidad de Ciencias Aplicadas de Ámsterdam (Auas) y de la Universidad de Ámsterdam Geert Lovink, que generó polémica al afirmar que el juicio final de Internet está más cerca de lo que podríamos pensar.
La publicación explica que el precio que los usuarios suelen pagar por usar Internet es cada vez más alto, lo que se hará impagable y volverá la red un medio inviable. El costo, según él, es psicológico.
Incluso los usuarios ‘normales’ tienen que pagar cada vez más un precio por nuestra gran dependencia de Internet y nuestra adicción a las redes sociales y las aplicaciones", precisa en su escrito.
¿Y un precio psicológico en qué sentido? Dice que este va desde la dismorfia corporal -preocupación obsesiva por un defecto físico autopercibido- y los trastornos de ansiedad que sufren muchos jóvenes en la actualidad hasta la pérdida o disminución generalizadas de algunas funciones cognitivas a raíz de la tecnología.
Ciertas funciones críticas de nuestro cerebro se están externalizando. Nuestra memoria a corto plazo está empeorando, y nuestra atención está cada vez más fragmentada y dirigida de forma muy específica", se puede leer en la investigación.
Puede llegar un momento en que eso ya no sea posible, después de lo cual las consecuencias adversas ya no podrán controlarse
Por esta razón, opina que la red está en dirección "hacia un punto de no retorno y probablemente las grandes tecnológicas también sean ya conscientes de ello". Como ejemplo toma a Mark Zuckerberg, quien está alejándose cada vez más de las redes sociales para adentrarse en el metaverso.
Todo este análisis tiene como premisa preguntarse si es posible arreglar Internet o si es una causa perdida. Para Lovink, es claro que la respuesta más sensata es la segunda: "La gente empezará a rehuir la tecnología".
Además, cuestiona que la libertad de expresión exista, basado en el control cada vez más estricto de lo que se puede o no decir en el ámbito de Internet y teniendo en cuenta el acceso de las tecnológicas a los datos más personales de los usuarios: “Nuestra supuesta libertad de expresión ya no existe en realidad. Ya empezamos a ver indicios de que la gente publica cada vez menos sus opiniones.
Así las cosas, la conclusión a la que llega el experto es que es posible que la humanidad se aburra de la red, o que la deje de lado por su propio bien; un escenario optimista si se tienen en cuenta las desventajas que él presenta al respecto de este medio: "Podrían surgir programas informáticos diferentes u otras construcciones que nos hicieran menos dependientes”.
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