Expertos entregan recomendaciones para manejar el clima cambiante en esta época del año, en la cual se presentan fuertes brisas.
Para aquellos niños menores de dos años, que pueden ser propensos al asma, es importante no mantener contacto con fumadores y mantenerlos en casa para no afectarse con las brisas. Evitar salir en las noches si hace frío.Se debe aprender a reconocer los signos de alarma como dificultad para respirar, retracción de las costillas al respirar, respiración rápida, aleteo nasal, tos y fiebre persistente. Ante cualquiera de estos signos consultar con su médico de inmediato.
A estos factores ambientales para las enfermedades respiratorias, se le suma la limpieza de canales que dejan residuos expuestos y que luego son esparcidos por las brisas al ambiente de la ciudad, además de las afecciones causadas por el humo de los incendios forestales o las quemas propiciadas por el hombre.En el Distrito de Barranquilla, de acuerdo a la Secretaría de Salud, está disponible la vacuna de la influenza para quienes quieran acceder a la misma. Por lo general esta dosis se aplica en niños, adultos mayores y mujeres gestantes.
Según Organización Mundial de la Salud (OMS) hay unos 235 millones de personas que padecen asma, 64 millones que sufren enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), y muchos millones de personas más que sufren rinitis alérgica y otras ERC que a menudo no llegan a diagnosticarse.Los principales factores de riesgo son la combinación de una predisposición genética con la exposición ambiental a sustancias y partículas inhaladas que pueden provocar reacciones alérgicas o irritar las vías respiratorias, tales como:
Alérgenos presentes dentro de las viviendas, como ácaros del polvo doméstico que se encuentran en las ropas de cama, las alfombras y los muebles, contaminación del aire o caspa de los animales de compañía.
Alérgenos que se encuentran fuera de casa, como los pólenes o los mohos.
Humo del tabaco.
Irritantes químicos en el lugar de trabajo.
Contaminación atmosférica.
Hay otros factores, como el aire frío, las emociones fuertes (miedo, ira) o el ejercicio físico. Algunos medicamentos también pueden desencadenar ataques de asma, como la aspirina y otros antiinflamatorios no esteroideos o los betabloqueantes (fármacos utilizados en el tratamiento de la hipertensión arterial, algunas enfermedades cardiacas o la migraña).
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