El Tribunal Supremo de Brasil avaló la extradición a Colombia de Jaime Saade Cormane, condenado a 27 años de cárcel por el hecho ocurrido en 1994.
Nancy Mestre no es una víctima colombiana, es una víctima universal. Bajo ese poderoso argumento la Corte Suprema de Brasil tomó este martes una decisión inédita. El tribunal rectificó un fallo anterior y aprobó la extradición a Colombia de Jaime Saade por el asesinato de Mestre en 1994. Casi 30 años después, a dos meses de la prescripción del caso, se hace justicia con un caso que ya pocos recuerdan. Esta es la historia con final feliz de la lucha titánica de un padre por la memoria de su hija. Martín Mestre, el hombre de 80 años que ha dedicado su vida a intentar meter al asesino de su hija entre rejas, siente que vuelve a respirar hoy por primera vez en tres décadas.
A Jaime Saade se lo tragó la tierra el primer día de 1994, después de que Nancy, de 18 años, fuera trasladada al hospital de Barranquilla con un tiro en la cabeza. La agonía de la joven duró nueve días, en los que nunca recuperó la consciencia. Desde ese 9 de enero, Martín no hizo otra cosa en su vida más que buscar al asesino. Lo encontró 26 años después en Brasil con otra identidad, con otra vida. Se hacía llamar Henrique Dos Santos Abdala, se había casado y tenía dos hijos. En 1996, un juez colombiano lo había condenado por el homicidio y la violación de Nancy a 27 años de cárcel, a pesar de estar desaparecido. Es fácil imaginar que pensaba que el crimen había dejarlo de perseguirlo cuando fue detenido a finales de 2020.
Ese día Martín recibió la noticia en su oficina, se arrodilló y dio gracias a Dios. Imaginaba que en cuestión de meses, el condenado sería extraditado a Colombia y comenzaría a cumplir su pena. Pensó que con ser él el que había dirigido a la policía y a la Interpol hasta Saade en la ciudad de Belo Horizonte había cumplido su papel como padre sin hija. Pero se equivocaba. La Corte brasileña, en un polémico fallo, negó al extradición por un empate. Dos jueces votaron a favor de la extradición y dos en contra. El quinto estaba de licencia y la justicia dicta que los empates siempre favorecen al reo. Los magistrados que votaron en contra alegaron que el delito ya había prescrito en Brasil.
Un feminicidio nunca debería prescribir”, dijo este martes uno de los magistrados durante la audiencia, que Mestre siguió desde su casa en Barranquilla, con la emoción y los nervios de quien sabe que está ante la última oportunidad de su vida.
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