“Si bien es una iniciativa bien intencionada, no cuenta con evidencia científica que haya evaluado los potenciales riesgos sobre la salud ni tampoco con estudios que respalden su efectividad”, aseguró Adriana Estrada, subdirectora de Salud Ambiental del Ministerio de Salud y Protección Social.
Además, manifestó que los riesgos a la salud del uso de estos sistemas pueden pasar por irritaciones en la piel, el tracto respiratorio y los ojos. “Incluso pueden exacerbar condiciones respiratorias en personas susceptibles, y tener el riesgo de sufrir de alergia a mediano plazo”, puntualizó.
Sobre la eficacia de desinfección del producto aplicado sobre las personas, la Organización Mundial de la Salud ha aclarado que rociar todo el cuerpo con alcohol o cloro servirán si el virus ya ha entrado en el organismo, por lo cual las medidas básicas de autocuidado como el lavado constante de manos cobran relevancia.
“La persona puede tener la percepción falsa de quedar totalmente desinfectada, pudiendo llevar a la reducción en la implementación y seguimiento permanente de medias efectivas como el lavado de manos o los códigos de etiqueta respiratoria, como toser o estornudar en el antebrazo o en un pañuelo desechable”, sostuvo Estrada.
La Agencia de Protección Ambiental de los Estados Unidos elaboró recientemente una lista de desinfectantes aprobados para ser usados sobre superficies duras porosas y no porosas, como elementos de utilidad para el control de la covid-19, sin embargo, ninguno de los productos es recomendado para ser aplicado sobre personas.
Por último, aclaró Estrada, el uso de este tipo de dispositivos está limitado a la limpieza o desinfección de personas con trajes de bioseguridad completos y que laboran en procesos específicos.
Ref. Ministerio de Salud
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