miércoles, 14 de agosto de 2019

El glaciar que murió por el cambio climático


Islandia perdió uno de sus 400 glaciares por culpa de la crisis climática, y éste podría ser el primero de muchos o de todos. En los últimos 20 años los glaciares de la isla de hielo y fuego ya perdieron el 7% de su volumen.
La NASA publicó esta semana unas impactantes imágenes de satélite que muestran la gradual desaparición del enorme glaciar Okjökull, también conocido como Ok, en las últimas tres décadas. El glaciar se fue derritiendo a lo largo de todo el siglo XX hasta declararse “muerto”.
Un mapa geológico de 1901 estima que el Ok abarcaba un área de unos 38 kilómetros cuadrados, según informa la NASA. En 1978, imágenes aéreas mostraron que el glaciar medía 3 kilómetros cuadrados, mientras que hoy en día alberga menos de un kilómetro cuadrado de hielo.
El OK se declaró oficialmente muerto en 2014 y ahora dos antropólogos quieren recordarlo con una placa para que su pérdida no sea en vano: “El Ok es el primer glaciar islandés que perdió su estatus de glaciar. En los próximos 200 años se espera que todos nuestros glaciares sigan el mismo camino”, advierte la placa en su memoria, que colocarán el próximo domingo en el lugar dónde su fundió para siempre.
”Con este monumento reconocemos que sabemos lo que está sucediendo y lo que hay que hacer. Sólo en el futuro se sabrá si lo conseguimos”, continúa el mensaje de la placa, fechado en agosto de 2019 y acompañado con la tasa de los niveles actuales de dióxido de carbono en la atmósfera.
Cymene Howe y Dominic Boyer, profesores de antropología en la Universidad de Rice (EEUU), se reunirán el próximo domingo 18 de agosto en la cima del volcán Ok, situado en el centro-oeste de Islandia, para colocar la placa conmemorativa.
“El resto de glaciares de Islandia compartirán el mismo destino que Okjökull a no ser que actuemos ahora de forma radical y reduzcamos drásticamente las emisiones que provocan el efecto invernadero”, asegura Howe.
El norte del planeta se está calentado el doble de rápido que el resto del globo, lo hemos visto este junio, el mes más caluroso nunca registrado en el ártico. Este veloz crecimiento de las temperaturas alcanzará un “punto crítico”, argumentan los científicos.
“Los monumentos no son sólo para los muertos, también son para los vivos”, Howe recuerda una frase de un amigo islandés. “Queremos subrayar que esto depende de nosotros, los vivos, el responder a la rápida pérdida de glaciares y a los efectos del cambio climático. Para el glaciar Okjökull ya es demasiado tarde”, sentencia.

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