El muchacho, de 14 años, supuestamente tiene problemas de drogadicción, y en un informe preliminar que está en poder de los investigadores habría reconocido que actuó influenciado por una cinta cinematográfica que contendría una escena en la que un anciano muere estrangulado.el deceso del octogenario se ha convertido en materia de investigación judicial por una serie de contradicciones acerca de su muerte.
Molina Olaya residía en la calle 4 con carrera 56, urbanización Villa Olímpica de Galapa, en compañía de una hermana y de un joven pariente.
Su deceso se produjo el jueves de la semana pasada en dicha vivienda. Los familiares informaron en el vecindario que el adulto mayor se había suicidado mediante ahorcamiento.Sin embargo, algunos vecinos no le dieron total credibilidad a la versión, y alertaron a la Policía de lo que creían no era realidad en torno al fallecimiento del hombre.
La Policía a su vez puso el caso en conocimiento del Cuerpo Técnico de Investigación de la Fiscalía (CTI), que a las 2:30 de la tarde del viernes llegó con un grupo de agentes a la funeraria Los Olivos de la carrera 38, donde velaban el cuerpo de Molina Olaya.La orden era suspender la velación y hacerle una inspección al cadáver. Como resultado de esta diligencia encontraron que alrededor del cuello tenía unos surcos profundamente marcados que daban la sensación de un estrangulamiento.
Pero al cotejar con un certificado de defunción expedido por un centro asistencial de Galapa, y que la familia del anciano presentó ante la funeraria, hallaron la primera grave sospecha.
El médico que firmó el documento certificó que Andrés Tito Medina Olaya había fallecido por causas naturales, contradiciendo la versión inicial de los mismos familiares que siempre hablaron de un suicidio por ahorcamiento, y que por ende requería la presencia de autoridades judiciales para la práctica de lo que técnicamente llaman, “diligencia de levantamiento de cadáver”.
La hipótesis del suicidio tampoco encajaba mucho por las mismas condiciones físicas de Medina.
La presencia del CTI en la funeraria Los Olivos se produjo a escasa una hora de la cremación del cuerpo.
En efecto, la familia de Medina había pagado en la empresa fúnebre un servicio exequial de cremación que estaba fijado para las 4 de la tarde de ese mismo viernes.
El CTI ordenó inmediatamente el traslado del cadáver de Andrés Tito Medina Olaya al Instituto Forense de Medicina Legal para la necropsia de rigor, y determinar científicamente las causas del deceso.
Luego de esto se escucharon las versiones de tres personas con las que los investigadores vienen tejiendo los argumentos para establecer si es necesario abrir causa criminal.
Medicina Legal estaría entregando entre este martes y miércoles los resultados de la necropsia. El dictamen ha tardado un tanto pues este fin de semana festivo ha sido uno de los más violentos del año con unos 14 muertos de manera violenta.
Otros detalles de la investigación que están pendientes para esta semana es la identificación plena de Andrés Tito Medina Olaya, pues si bien este es el nombre entregado por la familia no hay documento legal que así lo confirme.
Los detectives tampoco han podido determinarlo técnicamente, pues por razones de edad el hombre tiene las huellas dactilares desgastada, y no han podido confrontarlo con el registro decadactilar de la Registraduría.
Para obtener esta prueba plena de identificación enviaron a Bogotá una muestra de ADN del octognerario.
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