Se trata de Sofía Katalina Morón Morales, de 15 años, estudiante de décimo grado y vista por última en la carrera cuarta con carrera 58, en Chapinero, Bogotá.
El padre de la menor, Alfonso José Morón, periodista de RCN, entregó su testimonio en Noticias Caracol, medio en el que también compartió la carta que la menor dejó despidiéndose de él.
Sobre la más reciente información que tuvo de su hija, el hombre relató: “Ella llamó a un primo porque quedó en verse con él en la estación de Transmilenio de Marly.
Al respecto, el papá de la joven lanzó un llamado desesperado para que esta regrese a su hogar: “La estoy esperando en casa con los brazos abiertos, ella es mi vida entera. No entiendo que pasó”. Pero nunca llegó”.
La última persona que la vio fue un amigo que le prestó una guitarra en el sector de Chapinero, agregó.
En consecuencia, las autoridades activaron su plan de búsqueda a través del rastreo de imágenes captadas por cámaras de seguridad ubicadas cerca del Colegio Manuela Beltrán y por medio de testimonios.
Al respecto, el papá de la joven lanzó un llamado desesperado para que esta regrese a su hogar: “La estoy esperando en casa con los brazos abiertos, ella es mi vida entera. No entiendo que pasó”.
Sin embargo, el hombre teme lo peor por el escrito que su hija le dejó: “La carta es bastante dolorosa porque en ella habla de no querer seguir viviendo… Es una joven que no tenía ningún indicio de depresión”.
Quien sepa algo de su paradero se puede comunicar al siguiente teléfono celular: 323 513 9511.
Carta de Sofía Katalina Morón, hija de desaparecida de periodista de RCN
Esto dice el manuscrito en el que la joven se despide de su papá:
“Papá, en algún lugar leí que no mereces vivir si tu vida se basa en sufrimiento. ¿Que si mi vida era solo eso? Pues la vida es un sufrimiento continuo, tanto que tenemos que buscar un propósito para no pensar en ello.
Ya no seré más una carga ni tampoco una decepción para ti. Ya no me haré más la víctima. Ya no estaré más en esta vida.
Llegué aquí con el único propósito de que mi abuela pudiera ver que tenía una nieta antes de morir y así fue como le traje felicidad.
Ella ya no está y por lo tanto mi propósito en este mundo ya acabó, o por lo menos cerca de ustedes. Sé que no sobreviviré un día en la calle y que personas mueren a diario, seré una de ellas. No te enojes por esto, por favor.
Adiós, te amo”.
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