Unidad Investigativa
Otro de los múltiples lunares de la actual Administración del gobernador Eduardo Verano, es sin lugar a dudas la Secretaría de Comunicaciones, donde una asesora maneja a su antojo las políticas y los recursos de dicha entidad.
La labor de Katherine Diartt Pombo podemos definirla como una mala asesoría en la Secretaría de Comunicaciones de la Gobernación del Atlántico, partiendo del hecho que esta funcionaria no solo incurre en malos manejos de las políticas de comunicación de la Gobernación, sino que genera gran malestar e inconformidad entre los miembros de la mayoría de los medios de comunicación del departamento, debido a sus posiciones de funcionaria ofensiva y sarcástica.
Pero lo grave de la mencionada asesora no está en sus modales despectivos, ni en su falta de experiencia para manejar una asesoría tan delicada y clave para una institución del Estado del tamaño y la importancia de la Gobernación del Atlántico. Lo grave y reprobable está en la forma cómo se administran los recursos de la citada secretaría, en manos de la señora Diartt.
Conocemos de fuentes confiables, que una gran cantidad de contratos han sido entregados a dedo por la señora Diartt a una serie de fundaciones, por lo tanto, se hace necesario por parte de los órganos de control, abrir una investigación sobre los contratos entregados, algunos a través de la Secretaría de Cultura, donde la señora María Teresa Fernández, supuestamente ha beneficiado a una fundación muy ligada a la misma asesora de la secretaría de Comunicaciones. Se dice de otra buena cantidad de contratos, que no siguen la esencia del verdadero objeto social para el que deben de ser usados dichos rubros, que no es otro sino el de llegar a los habitantes de todos los rincones del departamento.
Por otra parte, podemos asegurar que esta segunda Administración de Eduardo Verano no ha sido equilibrada ni equitativa con los medios de comunicación, teniendo en cuenta las quejas de muchos comunicadores, periodistas y directores de medios informativos, sobre el manejo de la pauta publicitaria, argumentando que los esfuerzos y los recursos se desvían de los objetivos específicos que son los de informar y lograr una mayor captación de los mensajes institucionales por parte de la comunidad, a través de los medios masivos de comunicación. Pero estos recursos son desviados a propósito hacia otros destinos, como dice un viejo adagio: ‘Lo que no nos cuesta, hagámoslo fiesta’. Se hace necesario preguntar y confrontar a la señora Diartt para que dé respuestas y explicaciones claras acerca de la forma cómo se han manejado dichos recursos. Creemos que la mencionada señora debe presentar un informe detallado del uso de esos rubros que en un momento estuvieron en sus manos para manejarlos y además, del uso de la chequera de la Gobernación que sin lugar a dudas es una chequera bien gorda.
Observando, por ejemplo, en la página de la Federación Latinoamericana de Prensa la FLIP, encontramos datos como los siguientes:
“La Gobernación del Atlántico invirtió más de 3 mil millones de pesos ($3.333.655.780), en contratos por publicidad oficial entre el 2016 y 2017. Estos recursos se dividieron en 26 contratos que se repartieron entre 10 empresas, de las cuales 5 son medios de comunicación.
“La Gobernación del Atlántico invirtió más de 3 mil millones de pesos ($3.333.655.780), en contratos por publicidad oficial entre el 2016 y 2017. Estos recursos se dividieron en 26 contratos que se repartieron entre 10 empresas, de las cuales 5 son medios de comunicación.
Estos más de 3 mil millones equivalen a la construcción de una planta de tratamiento de agua potable como la de Repelón, o para la dotación de equipos médicos como la que destinó la Gobernación para el hospital de Malambo”.
Pero lo lamentable del caso es que se han olvidado en la Gobernación, sobre todo la señora Diartt, de lo importante de las comunicaciones a nivel de toda la provincia, de llegar hasta hasta los últimos rincones del departamento.
Está claro que para llegar a todos los rincones de la geografía del Atlántico son más efectivos los medios de comunicación tradicionales. La radio, los medios impresos y la televisión, teniendo en cuenta las dificultades que aún existen de conectividad en muchas zonas, no obstante el esfuerzo del Ministerio de las TIC, por llevar el internet a los lugares más apartados y recónditos. Por lo tanto, señora Diartt, es muy difícil que nuestros campesinos accedan a la información que envía la Gobernación a través de los medios tecnológicos modernos. Los habitantes de esas zonas apartadas, primero, no tienen medios económicos para adquirir un dispositivo tecnológico de alta gama y por otra parte, la cobertura en cuanto banda ancha no es total en todo el departamento.
Un hecho reciente ha causado molestia entre algunos medios de comunicación. La invitación que hicieron a un grupo de periodistas para asistir a un conversatorio denominado “Murió el periodismo del siglo 20. ¿Cómo reinventarnos?”. Ese acto, realizado el 1º de diciembre pasado, no cayó muy bien entre muchos medios de comunicación y periodistas, ya que según ellos, fue una forma sarcástica de decirle a la mayoría de estos medios informativos del Atlántico que están revaluados, que están actuando con conceptos del siglo pasado, por lo que les hacen una invitación a reinventarse. Así lo tomaron algunos, por lo tanto no fue masiva la asistencia a ese evento.
Entendemos el “cómo reinventarnos”, como una frase que suena cínica, porque no se está guardando el debido respeto por los medios de comunicación tradicionales de la región en cuanto el tema de la cobertura y la credibilidad.
‘Señora Diartt, usted pone en tela de duda la credibilidad de los medios de comunicación, cuando más bien, quien está en duda es usted, como asesora de comunicaciones, por su falta de experiencia en este campo. La sola teoría no basta. La experiencia resulta ser más importante en muchas ocasiones. Los juicios ‘a priori’ que usted lanza, así como los títulos de conferencias, conversatorios y cursos, suelen ser injuriosos y despreciables. ¿Quién es Katherine Diartt para señalar y juzgar a los medios tradicionales de comunicación? La cuestionada debe ser usted y quien tiene que reinventarse es usted, por su falta de experiencia y de capacidad’.
Por otra parte, los recursos para la realización del conversatorio salieron de la secretaría del Interior, así como el costo de toda la implementación del conversatorio y el pago al facilitador. Sin embargo, creen muchos colegas, que este ha sido otro ‘muñeco’ de la Gobernación del Atlántico.
Estos rubros son varios millones de pesos que provienen de las secretarías del Interior, de Hacienda, de Educación y sobre todo de la secretaría de Cultura. Consideramos que los periodistas merecen respeto y al mismo tiempo deben solicitar una entrega de un informe rendición de cuentas a la señora Diartt para ver cómo ha manejado esos dineros. Es costumbre realizar grandes contratos en beneficio de unos cuantos y luego disfrazarlos con cursos y asesorías que no cumplen en realidad su verdadero objetivo.
Por otra parte, cuando llega la época de fin de año, invitan a los periodistas que cubren la información de la Gobernación a una evaluación final del año, para brindarles un sencillo almuerzo y darles algunas felicitaciones, en una gran muestra de total hipocresía.
Consideran algunos que es una especie de limosna, la que a final de año, en esas reuniones de balances le entregan a los periodistas, después de una ardua labor de comunicar e informar durante 365 días. Es así como le dan las gracias a los obreros de las comunicaciones.
Analizando un poco más a fondo el tema encontramos que esta señora no tiene ni siquiera experiencia como asesora en el marco de las comunicaciones, tal como lo demuestra su hoja de vida. Trabajó durante poco tiempo en un medio impreso local. Esta asesora de comunicaciones de la Gobernación del Atlántico no tiene experiencia como asesora en el marco de las comunicaciones y debe tener en cuenta que nuestra idiosincracia es diferente a la de los países europeos.
Por otro lado, observamos que en mensajes en redes sociales la señora Diartt se refiere a la secretaria de Cultura, señora María Fernández, como ‘mi hermana’, en un trato confianzudo que llama la atención por la forma cómo se dirige a una funcionaria, dando a entender que hay algún tipo de confianza, que iría más allá del tema institucional.
Se percibe que son inseparables hasta para manejar los negocios de las comunicaciones, que en su mayoría salen de la Secretaria de Cultura, algunos a través de fundaciones y los destinan quien sabe a qué, ya que el proceso a través de los medios de la región es casi que invisible. Cómo quien dice, los periodistas trabajan y otros se llevan la mejor parte de esos esfuerzos.
Definitivamente, el paso de Katherine Diartt por la entidad fue nefasto y sin pena, ni gloria. Como la mayoría de los cargos públicos de esta administración, gente de afuera, con intereses personales y particulares administraron en cuerpo ajeno.
La señora Diartt fue una funcionaria puesta al servicio de intereses particulares; pareciera ser la caja menor de algún político de poca monta.
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