El cardenal Angelo De Donatis, es el primer alto jerarca de la Iglesia Católica contagiado por Covid-19, hasta la fecha, y uno de los colaboradores más cercanos del papa Francisco por ser su vicario general en la diócesis de Roma. Por tanto, la recuperación de De Donatis es un tema de preocupación personal para el Pontífice.
“¡Me confío al Señor y al sustento de las oraciones de todos ustedes, queridos fieles de la Iglesia de Roma! Vivo este momento como una ocasión que la Providencia me da para compartir los sufrimientos de tantos hermanos y hermanas. ¡Ofrezco mi oración por ellos, por toda la comunidad!”, declaró De Donatis a través de un comunicado, luego de conocer el éxito positivo del test.
El cardenal de 66 años, ha estado en primera línea enfrentando la pandemia, pues el Sucesor de Pedro le responsabilizó para actuar en su nombre en este difícil momento y llevar alivio espiritual al pueblo desorientado y conforto a las familias más pobres.
De Donatis tuvo que enfrentarse a uno de los momentos más complicados, cuando el Gobierno italiano decretó las primeras restricciones para contener el contagio y se le pidió cerrar lugares de agregación (468/20- 12 de marzo), algo que impedía la presencia de fieles en parroquias y templos, en general.
Al inicio siguió al pie de la letra las indicaciones del gobierno italiano, pero posteriormente el vicario de Roma, con el consenso de Francisco, estableció la apertura de las iglesias parroquiales para la oración individual y para acompañar en la emergencia al ‘pueblo de Dios’, según el discernimiento de cada situación y riesgo.
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