Un taller de modistería en cuyas instalaciones se elaboran vestidos para fiestas, se transformó en una fábrica de tapabocas, un insumo tan escaso y tan necesario hoy día, en especial para la protección del personal médico que labora en medio de la emergencia sanitaria por el Covid-19.
Ver el riesgo al que cada día se enfrentan médicos y enfermeras mientras atienden pacientes contagiados por coronavirus o con sospecha de ello, motivó a 4 barranquilleras a hacer algo para minimizarles el peligro.
Así surge la idea de fabricar tapabocas, teniendo en cuenta que dicho insumo ha escaseado o no está disponible en las cantidades necesarias para la adecuada protección del personal de salud de los hospitales.
Luz Hernández, administradora de empresas de la Universidad de la Costa, cuenta que todo inició al saber que su amiga, la periodista Lissette Rodríguez, elaboraba tapabocas para su uso personal y de forma manual, junto a su madre la odontóloga Elssy Pino Tapias. “Le dije a Lissette que tenía muchas ganas de unirme a la labor y de inmediato puse mi taller a disposición porque vimos los problemas que había en muchas partes del mundo, donde los médicos y enfermeras no cuentan con insumos para trabajar”, explica.
De este modo, el ‘Taller Lounge’, un proyecto de emprendimiento ubicado al norte de Barranquilla y creado en abril de 2018 para la confección de vestidos de fiesta y asesoría de imagen, se convirtió en una fábrica de tapabocas que ha producido ya 600 unidades de este insumo, de las 3.600 que se planea fabricar en esta primera fase y donarlas a la Red de hospitales públicos de la ciudad, a través de la Secretaría Distrital de Salud.
El proceso de elaboración
Junto a Elssy, Lissette y Luz, trabaja la madre de esta última, Luz Mila Panchá. Tras recibir una donación de 1 millón de pesos y, después de asesorarse sobre los materiales que debían usar, ellas adquirieron la materia prima necesaria para su objetivo.
“Desinfectamos el taller y en compañía de nuestras madres iniciamos esta labor desde el día sábado. Compramos 100 metros de tela quirúrgica y antifluido para elaborar las primeras piezas”, cuenta Luz. Y agrega que los tapabocas cuentan con dos barreras, la quirúrgica que ayuda a la protección de las vías respiratorias y la barrera antifluidos, que evita el contacto con cualquier virus.
El proceso de elaboración incluye cortes y armado de piezas, fileteo, y planchado a vapor para matar cualquier virus. Los tapabocas son finalmente empacados en bolsas y guardados en cajas para su entrega.
El deseo de estas cuatro mujeres con corazón solidario, es finalizar esta primera producción antes de que el insumo se agote en la Red de hospitales públicos de Barranquilla. “Queremos entregar los primeros tapabocas a la Secretaria de Salud para que los distribuya donde se necesitan con mayor urgencia”.
Aunque el taller es pequeño, el esfuerzo y entusiasmo de estas emprendedoras servirá para mitigar el impacto de la emergencia que surgió por la presencia del Covid-19 en Colombia.
Contribuir a evitar la propagación del virus, mientras se protege al personal médico, es su mayor motivación. El taller está ubicado en la Calle 79 # 55-39 de Barranquilla.
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