El centro de estudios presentó la denuncia ante la Fiscalía General de la Nación y niega haber tenido algún vínculo contractual con Barrios. ¿Cómo afecta esto su nombramiento?
La controversia por la certificación docente de Leyton Barrios dio un giro inesperado tras la súbita retractación de la Corporación Universitaria Empresarial de Salamanca (CUES), pese a que la institución había confirmado de manera oficial y reiterada la autenticidad del documento. El caso, según fuentes internas, no estaría motivado por inconsistencias, sino por presiones externas vinculadas al Ministerio de Educación.
El 29 de julio de 2025, la CUES certificó por escrito que Barrios fue docente en ocho periodos académicos entre 2013 y 2016. Fechas, asignaturas y periodos quedaron registrados en un documento firmado por el rector y archivado como CUES.pdf. Semanas después, el 20 de agosto, el Comité de Credenciales de la Universidad del Atlántico pidió verificar la autenticidad de ese certificado.
La respuesta de Salamanca fue inmediata y categórica: la certificación era auténtica. Talento Humano la ratificó dos veces, por correo institucional, sin advertir irregularidades ni dejar espacio para dudas. Para la institución, el documento había sido expedido conforme a los procedimientos internos y tenía plena validez jurídica.
Sin embargo, la postura cambió abruptamente. De acuerdo con fuentes del proceso, funcionarios de la Oficina de Inspección y Vigilancia del Ministerio de Educación habrían enviado un mensaje contundente a Salamanca: si no se retractaba de la certificación de Barrios, la institución no obtendría acreditación de alta calidad. Esa advertencia, presuntamente relacionada con la disputa por la rectoría en la Universidad del Atlántico, habría sido el detonante del viraje.
El cambio de posición no estaría respaldado por nuevos hallazgos ni por una revisión técnica del expediente. Por el contrario, los documentos siguen siendo consistentes y coinciden con las verificaciones iniciales. El giro respondería más a un entorno político de presión que a razones académicas o administrativas.
El episodio reabre el debate sobre los límites de la intervención estatal y la necesidad de proteger la autonomía institucional frente a decisiones que deben basarse en evidencias y no en advertencias externas.
La caída del nuevo rector de la Universidad del Atlántico es inminente. Solo le pedimos a los estudiantes del alma mater tener un poco de paciencia, la remoción viene en camino.
Créditos: Soledad 24 horas




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